Entrada destacada

Click 6

On Mañana cumplo 49 años. Ese número anuncia la inminente llegada de los 50 en tan sólo un año. Estoy tan agradecida con la vida. Tan...

domingo, 27 de diciembre de 2015

Entrevista a una caloría

IL: Buenas tardes

Caloría: Buenas tardes…

IL: Desde hace tiempo quería conversar con usted

Caloría: Bueno, eso si es noticia… a mi NADIE me quiere.

IL: Las cosas no han pintado bien para usted en los últimos tiempos.

Caloría: ¿Pintado bien? Me tienen demonizada. Me detestan. No hay un segundo del día en el que no me insulten, me culpabilicen, me traten de hacer desaparecer y no reconozcan que algo de valor tengo. Es muy frustrante. Es peor que la Inquisición…es una Cruzada anticalórica.

IL: ¿Y a que le achacaría usted esto que me dice?

Caloría: No es difícil responder… vea lo que venden las paginas de las revistas de moda, los carteles publicitarios, las imágenes de la moda mundiales. Gente en los huesos (por voluntad propia)¡Y no me malinterprete! Yo se que muchos abusan de mi, pero tampoco los extremos. No soy mala y no soy yo la que les hace daño. Son sus propios excesos desmedidos.

IL: Claro, eso es comprensible, pero usted dice que es toda nuestra culpa. ¿Cree realmente que es asi?

Caloría: ¡Por supuesto que es así! Mire, yo soy absolutamente honesta. Soy lo que soy. No soy yo la que se disfraza en las cajas de alimentos que ustedes compran en el supermercado. No soy yo la que se esconde en los alimentos de las cadenas de comidas rápidas, en los aderezos para ensaladas que no son tan "light" como dicen… No, no, no. Ustedes tratan de maquillarme para hacerme pasar desapercibida, pero cuando me tienen enfrente no se controlan. ¿Acaso soy yo la que me hago publicidad? No. Si por mi fuera, me siento a hablar con cada uno de ustedes, para que entiendan que yo siempre voy a estar presente en todos sus alimentos, quiéranlo o no y que no les pongo una pistola en la cabeza para que se aturuguen sin control.

IL: Entiendo su molestia.

Caloría: No creo que o entienda realmente. ¿Y sabe que me frustra muchísimo también?

IL: Dígame

Caloría: Darme cuenta que el pleito es a veces tan grande que prefieren morirse de hambre o verse como muertos vivientes antes de entablar una relación saludable conmigo. Y lo peor de todo… ¿se ha dado cuenta de la cantidad de veneno que meten en sus cuerpos solo para evadirme? Entre colorantes artificiales, edulcorantes químicos, comidas que son como aire, pastillas adelgazantes, "suplementos" alimenticios, laxantes y quién sabe qué más, que lo que hacen es destrozarles el estómago… yo que los veo todo el tiempo no lo comprendo. Es que es tanto más fácil.

IL: Fácil cómo?

Caloría: Yo no voy a desaparecer aunque ustedes traten por todos los medios. Por eso, deberíamos hacernos amigos. Y no me refiero a la amistad ansiosa que algunos tienen conmigo donde me convierto en su mejor amigo y me consumen por cantidades astronómicas. Aunque eso sea un halago para mi y de repente me haga sentir querida, termino sintiéndome abusada. ¡¡¡Y peor!!! Porque ustedes al final de sus atracones, convierten ese amor intenso del principio en un odio visceral, yo no se donde esconderme y muchas veces termino en el excusado.

IL: Si, para usted esconderse no es tan fácil. Es bien evidente cuando la relación entre nosotros es fuerte y constante.

Caloría: Si, yo se… pero lo que ustedes no entienden es que yo hago lo que ustedes quieren. Ni más ni menos. Pero no crea que vivo feliz en su grasa corporal. ¡Que va!

IL: ¿En serio?

Caloría: Por supuesto que no. Vivo aterrorizada. Primero, eso de vivir hacinada teniendo que compartir el espacio con miles de calorías mas, es CERO divertido. Pero además, vivo constantemente amenazada y sabiendo que en cualquier momento me sacan a patadas de sus cuerpos. Me sudan, me vomitan, me niegan la entrada, usan laxantes, pastillas que les cierran el apetito… ¿No me diga que no ha visto en televisión y en las revistas los artículos y los anuncios en mi contra?

IL: Si los he visto. ¿Y que recomienda?

Caloría: ¿Qué recomiendo? Recomiendo lo siguiente. Entiéndanme y entiéndanse. Conózcanme y conózcanse. No abusen de mi. Yo no tengo la capacidad de comerme tallas de su ropa escondiéndome en sus armarios… Son ustedes los que logran eso. Yo con mucho gusto hago lo que ustedes me digan, pero tienen que entender que no me voy a ir así no más. Por eso, pidan comidas donde yo estoy en forma moderada, hagan ejercicio constantemente, lean las cajas de los productos que compran, contrólense y no me utilicen para quitarse la ansiedad, porque como le digo… las cosas siempre caen por su propio peso.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

El Alien

Es real.

Todos convivimos con uno y es uno de nuestros compañeros de vida menos agradables que se manifiesta en los momentos menos indicados.

Este personaje, quien ama nuestros jugos gástricos, vive usualmente tranquilo en la parte baja de nuestro estómago y cuando decide aparecer, nos hace pasar horribles papelones y nos deja pésimo frente a los demás en esos momentos tan conocidos por todos, cuando hacemos una desconexión entre lengua y cerebro. En esos momentos cuando el único control que reconocemos es el del televisor o el del portón del garage. En esos momentos cuando el mismito satanás huiría aterrorizado de nosotros, aparece el susodicho en todo su esplendor y gloria.

Su llamado depende del día que hayamos tenido, de si tenemos hambre o no, de si tenemos sueño o estamos descansados, porque aprovecha cualquier excusa para salir a escena.

Antes de que nos demos cuenta se apodera de nosotros desarmándonos de inmediato y dejándonos sin ninguna posibilidad de autodefensa. Sube por el esófago, después por la garganta y cuando llega a la mandíbula nos la desmonta. Sale por nuestra boca y usurpando nuestra voz como si fuera suya, empieza a decir las cosas mas espantosas a la persona que tenemos en frente, con un vocabulario que se lo envidiaría el camionero mas experto.

Nuestro receptor, que por supuesto no entiende que no somos nosotros los responsables de lo que está sucediendo, es el receptáculo del repertorio de agravios continuos, dichos todos juntos y en una misma bocanada de aire, que mas o menos va de la siguiente forma:

“Teneselcerebrodeltamañodeunmaniyniquetedigodetushabilidadeseinteligenciaemocionalcadavezestacosaestapeornoentiedoenquemomentopensequeibasaentenderalgodeloquetetratodeexplicarsicuandohabloparecequehablarasolaynomevengasahoraadecirquetengorazonporqueahorayaesonoimportaloqueimportaesqueteimportaunreverendoculocualquiercosaque…

Acá se detiene a tomar aire, pero antes se vuelve a vernos y burlándose de nuestra cara de absoluto y completo pánico ante lo que esta sucediendo, nos guiña un ojo y continúa

…yosientotepodesirporuntubonoseteocurranillamarmeniescribirmeestacarajadasimplementeseacabocomollegueapensarqueestacosapodiamejorarsiparamejorartendriasquehacerteunaevaluacionsiquitricaymasomenosinternarteparaquetedieranterapiadeelectroshocksademastufamiliamedetestaymeaborrecenomequierenvernienpinturatumamameodiatuabuelaquisieravermequemadavivatupapanimesaludaasiqueyafinalmentelograsteloquequeriasqueeralaejarmesinregresoysinposibilidaddenadaadiosyestavezesdefinitivo.”

Y así termina.

Como el estallido de una bomba atómica.

Como dando el tiro de gracia.

Cerrando con bombos y platillos.

Y a la misma velocidad con la que salió por nuestra boca, vuelve a nuestro estómago y frente al otro, quedamos nosotros.

Agotados y agitados.

Queriendo tragarnos todas y cada una de las palabras que el otro escuchó y entendiendo que no nos van a creer cuando tratemos de explicar que realmente no fuimos nosotros los que dijimos semejante cantidad de tonteras juntas y seguidas.

Espantados y avergonzados, solo quedamos nosotros.

Mientras tanto, nuestro temido huésped, feliz, satisfecho y contento, duerme hasta nuevo aviso, saboreando en su sueño plácido el éxito de una labor bien cumplida.

Querido Mr. Ridley Scott, este Alien hace que el suyo palidezca de vergüenza.